Archive | octubre 2010

Posibles complicaciones de la anestesia local en odontología

La inyección de anestesia local, es un acto rutinario  en la práctica odontológica que, no obstante su habitual inocuidad,  puede dar lugar a distintas complicaciones,- en su mayoría locales-, pero que en contadas ocasiones, pueden llevar a un cuadro de afectación general incluso de carácter grave.

Las lesiones pueden deberse a la punción de arterias y venas:

  • Si pinchamos una arteria, se produce un dolor puntual y una isquemia cutánea, es decir , la piel palidece, pero, aunque puede ser un poco aparatoso, desaparece en unos minutos.
  • Si inyectamos anestésico dentro de un vaso, se produce un cuadro que luego los pacientes te refieren como que – “en una ocasión, la anestesia me produjo una reacción alérgica”-, es decir, taquicardia y desmayo. No es tal alergia, sino un cuadro de sobredosis debido al paso directo y rápido del anestésico al torrente sanguíneo. Además, puede no producirse el efecto analgésico.
  • Otra consecuencia indeseada es la aparición de una hemorragia por la lesión del vaso, que puede aparecer rápidamente y manifestarse externamente en forma de tumefacción con la evolución típica del hematoma en cuanto al cambio de color de la piel. Puede haber un cuadro de contractura muscular , (trismus),  y riesgo de infección, por lo que debe ser vigilado.

También se pueden producir lesiones del nervio por punción directa del mismo, en cuyo caso, el paciente siente un dolor repentino y una sensación inmediata de anestesia; o bien por la difusión del anestésico a zonas no deseadas dando lugar a ceguera unilateral , o doble visión (diplopia) o parálisis facial . Lesiones todas estas que pueden dar un buen susto al paciente, pero que se resuelven solas antes de las tres horas, al producirse la reabsorción del anestésico.

Otra posible complicación, afortunadamente muy rara hoy en día, sería la fractura de la aguja, que, si no queda visible, debe referirse al cirujano.

Aparte de las complicaciones inmediatas derivadas de la inyección del anestésico, hay otras que pueden aparecer de forma más tardía, como pueden ser:

  • Los trismos, es decir, contracturas musculares que producen limitación en la apertura bucal, y que pueden ser tanto por el trauma de la aguja, como por la acción del líquido sobre el músculo, la aparición de hematomas o el desencadenamiento de un proceso preexistente de disfunción de la articulación témporo-mandibular. Habitualmente se resuelven en una o dos semanas, aunque, dependiendo de cuál de las causas antes mencionadas lo ha desencadenado, a veces dura más tiempo a pesar del tratamiento.
  • Otra posible complicación es la aparición de necrosis, ulceraciones producidas por el vasoconstrictor del anestésico en zonas poco  vascularizadas, como puede ser el paladar o por la inyección de una cantidad excesiva de la solución. Cursa con clínica dolorosa y dura unas dos semanas.
  • No menos importante y mucho más frecuente, es la mordedura del labio y/o la mejilla, más frecuente en niños, pero también en adultos, y que con alguna frecuencia origina reclamaciones e incluso situaciones desagradables, ya que el paciente cree que la lesión se debe a una mala práctica por parte del dentista. Nada más lejos de la realidad: el labio, el inferior sobretodo, es traumatizado por el propio paciente, bien porque al ser notado como “gordo” comienza a mordisquearlo comprobando y disfrutando esa sensación, ó bien de forma involuntaria. Así, cuando  desaparece la anestesia, comienza a doler, apareciendo ulceraciones a veces importantes, con tumefacción y dolor que van a durar varios días.
  • Y una lesión muy poco frecuente es la aparición de parestesia: el efecto de la anestesia se mantiene durante días, semanas, meses, e incluso, en raras ocasiones, permanentemente . Se debe a una lesión del nervio producida por la punción directa del mismo, o a la compresión producida por una hemorragia. No hay tratamiento específico, y lo normal es que evolucione a la curación, pero de forma lenta.
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